La Historia del Almirante fue escrita por Hernando Colón entre los años 1537 y 1539. Pese a las críticas que la han rodeado y el apasionamiento que envuelve todo lo relacionado con Cristóbal Colón o sus adversarios, lo cierto es que sigue siendo una valiosa fuente de conocimiento, tanto para la historia de los descubrimientos colombinos como para los primeros asentamientos españoles en el Nuevo Mundo.
Para su elaboración, el hijo menor del Almirante utilizó material de primera mano procedente del descubridor y de otros protagonistas de aquella primera hora americana. Algunos documentos, hoy perdidos, nos han llegado a través de esta obra como, por ejemplo, la famosa Relación del ermitaño fray Ramón Pane, auténtico tesoro sobre la mitología, creencias y costumbres de la población indígena antillana.
La Historia del Almirante fue escrita con el objetivo de enaltecer la figura y obra del descubridor de América. En tal sentido, alcanza relieve excepcional todo lo relativo a viajes y descubrimientos colombinos. Es ahí donde la pluma hernandina brilla más y mejor. Entreteje unos relatos —sobre todo el del cuarto viaje— bastante completos, aunque olvide transmitirnos ciertos comportamientos paternos dudosos y criticables.
Hernando tuvo en todo momento los diarios de a bordo y relaciones de su padre, aportación que, debidamente expurgada, siempre deberá reconocer el historiador. Ni qué decir tiene que cualquier lector que se acerque a esta obra deberá hacerlo con enorme cautela y sentido crítico. Habrá de recordar siempre que si la obra cuenta mucho, también mucho es lo que calla, especialmente en lo que se refiere a los datos biográficos de Cristóbal Colón en su etapa anterior a 1492.
Comments
En todo el continente americano ha pasado una estúpida ola de anticolombismo. En Buenos Aires la entonces presidenta Cristina Fernández mandó retirar una estatua de Colón, que, cosa más extraña, había sufragado la comunidad italiana con aportaciones privadas. Ignoro si era legal el retiro porque la estatua no era propiedad del estado argentino, sino el lugar. Entonces se dio paso a un indigenismo estúpido. Si llevas esta tendencia al máximo, el 99% de los que vivimos aquí deberíamos emigrar a otros países porque esta tierra era de los indios cuando llegó Colón.
Este movimiento era más postureo que otra cosa. Nadie se preocupó de los indígenas, que siguen viviendo igual de mal que el resto de la población.
Cuidado que el término "anticolombismo" significa otra cosa, entiendo que te refieres a los contrarios a Cristobal Colón.
No sé que es el anticolombismo ni he encontrado referencias en internet. Simplemente me inventé el palabro.
Anticolombismo es la oposicion a las palomas. ¡Je je!
Efectivamente Colom es palomo/a en valenciano, catalán balear y anexos pero no caí en eso.